La Galerna, viento del norte en la costa cantábrica es racheado y húmedo. Repentinamente el cielo transparente se oscurece, cobra el aspecto traslúcido y espeso de una roca de alabastro negro. Comienza un viento poderoso y cargado de agua de mar que inclina los árboles hasta el límite y que hace correr los elementos sueltos barriendo las calles.